En España no necesitamos obras como "The Man in the High Castle" o "Wolfenstein" para saber cómo hubiera sido el mundo si hubieran ganado los nazis, somos el país donde ganaron los nazis.
Creo que cuando dice "los mejores" se refiere a la omertá código de honor del Partido Podrido, con el todos sus Boss o Consiglieres lo respetaron, de ahí que el trozo de mierda este no haya estado imputado.
El sentimiento que despierta en mi la bandera es sencillo.
Durante 80 años los seres más asquerosos y mezquinos de este país han usado la bandera y la patria para tapar sus abusos, corrupciones y chanchullos.
Cada vez que veo a alguien ondeando una bandera, solo puedo pensar "de que pintoresca forma va a intentar joderme?"
Así que claramente, no me veréis ondear una bandera, porque no tengo chanchullos que tapar.
Cómo podríamos solucionar esto? Es sencillo y difícil a la vez.
Que la gente honrada patriota, señale, condene y aparte a esos indeseables en vez de hacer piña con ellos (solo por ondear la misma bandera, ya se creen hermanados o algo así), y así, cuando el resto de gente podamos ver qué la gente honrada y patria rechaza a esa gentuza, quizás y solo quizás, no seamos reticentes a ondear nosotros mismos una bandera.
Pronto en ese diario:
"Los palestinos nos las suda, los israelíes son clientes"
"Los palestinos no son nada para nosotros, los israelíes son nuestros inversionistas"
"Los palestinos son el vacío, los israelíes son los que nos mandan"
Es lo que no entienden los que se dan golpes en el pecho por el sorpasso a Catalunya o la subida del PIB durante la pandemia. El milagro económico de Madrid no es otra cosa que una presión fiscal favorable para atraer capital del resto de CCAA (porque con el resto de capitales europeas no puede competir). Madrid crece a costa del resto de España, su modelo solo funciona cuando el resto de CCAA tienen una presión fiscal mayor. Si todos hiciésemos lo mismo nos quedaría el país como un estercolero neoliberal donde la desigualdad fuese la norma.
Pues a mí lo que más me ha gustado siempre de Pablo Iglesias es el odio que levanta en la gente que más desprecio. Casi me ha hecho perdonarle que se haya acomodado jugando al sucio juego de la política de partidos, en el que ganan todos menos los ciudadanos, incluido él.
Vivir a la Madrileña es vivir de apariencias. Ni un duro, pero tienen que aparentar que son algo. Por eso odian con desespero a las colonias de la periferia que viven mejor que ellos.