“Zulo” es una palabra prestada del euskera al castellano que significa “agujero”. Un zulo lo mismo sirve para esconder a un secuestrado, para guardar un arsenal de pistolas Parabellum o, de un tiempo a esta parte, para alojar a uno o más millenials. Por suerte, ya no quedan secuestrados en los zulos, pero el sustantivo ha venido para quedarse y definir una realidad mucho más habitual y cotidiana: ese agujero de dos por dos en el que vivir malamente en la ciudad por la mitad de un sueldo de miseurista.
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