Decía el Marques de Sade que la crueldad lejos de ser un vicio es el primer sentimiento que imprime en nosotros la naturaleza. Es la educación y el adiestramiento lo que nos hace racionalmente bondadosos. Alguien dejó en el baúl de sus obligaciones la instrucción completa de la señora Ilse Koch. Compendio humano de maldad e iniquidad infinita que regentó -consorte y sádicamente- el campo de concentración de Burchenwald al tiempo que daba rienda a sus pasiones: la colección de tatuajes descuajados y objetos fabricados con despojos humanos.
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