Tal vez los defensores de la iniciativa
#yoNOpago crean que si nadie paga el transporte público de Madrid le pasarán la factura a Ana Botella o Esperanza Aguirre, pero nada más lejos de la realidad. Si el Metro fuera gratis significaría que ya lo pagamos íntegramente con nuestros impuestos. Eso serviría para que tuviéramos la ilusión de que nos lo regalan cada vez que atravesáramos las puertas de entrada. Pero no dejaría de ser exactamente eso: una ilusión...