“Harta” por la situación actual, de que a los policías y guardias civiles les "humillen" al expulsarlos de sus hoteles, de que a su hija de ocho años le enseñen en el colegio qué es el independentismo, de sentir "impotencia" por los acontecimientos... Yoly, 29 años, teleoperadora y vecina de Mataró, ha decidido abrir las puertas de su casa a los agentes que no tengan dónde dormir: "Es gente que ha dejado sus familias y vienen aquí obligados a hacer su trabajo. Se les está humillando, primero los Mossos d'Esquadra y después los independentistas"
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