Porque no merece la pena habitar un país en el que un hotel rechaza dar alojamiento a un grupo de jóvenes con síndrome de down "por si molestan". Menos aún cuando su respuesta a la denuncia de la asociación Down España es que no tienen nada contra ellos sino que un grupo con otro tipo de discapacidad intelectual ya había estado en el hotel y había resultado "muy conflictivo"...
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