Uno puede pensar que tras pasar años bajo los efectos de la gravedad, tal vez el pelo termina por "quedar doblado", y que "caiga" parcialmente hacia los pies, aunque uno se vaya al espacio. Pero viendo fotos de astronautas con el pelo largo, en el interior de una lanzadera o estación espacial, vemos que no es así. Está claro que imitar este comportamiento sin estar realmente en caída libre es muy difícil (aunque hoy en día se pueden hacer maravillas con los ordenadores en cuestión de efectos especial
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