El intento del Santo Padre por aclarar las cosas me sumerge en abismos de confusión en los que me extingo ante la incertidumbre que me provoca la debilidad de mis creencias. ..... A la abolición del limbo, que dejó millones de almas al pairo –lo que, sin duda, provocará un incremento imprevisible en la cuantía de los fenómenos poltergeist y de ectoplasmas deambulando por doquier–, se suma ahora la desaparición del purgatorio como ente físico, como espacio de tortura purificadora que blanqueaba nuestras almas: el paraíso era de peaje.
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