Para muchos el pobre intermitente, se encuentra, triste, desamparado, inútil, ¿para qué estoy en este vehículo si el responsable de su manejo se olvida de mí, o simplemente pasa de utilizarme? Debe preguntarse con frecuencia. Lo dicho, “soy un gran desconocido y nadie habla de mí, ni siquiera he visto que un municipal o uno de tráfico multara a mi dueño por no utilizarme cuando debía”, diría si le diéramos voz.
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