Puçol es una localidad valenciana que no llega a los 20.000 habitantes. En sus afueras, accesible mediante un camino recóndito, está el convento de la orden de las Carmelitas Descalzas. Su acceso lo conoce bien quien escribe estas líneas: pasé mi infancia y mi adolescencia echando viajes anuales al claustro para visitar a una tía abuela que ya falleció. Las que fueron sus compañeras -sus hermanas-, once de las cuales nueve siguen activas, siguen ejerciendo como monjas. Claro que ahora es más fácil seguirles la pista: tienen redes sociales.
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