Las instituciones vetan el voto por Internet porque empodera a los ciudadanos y abre la posibilidad de inundar los parlamentos de soberanía popular real. Votar por Internet es técnicamente posible, jurídicamente constitucional y socialmente deseable… Políticamente ya es otra historia. Traducción
www.google.com/translate?hl=en&ie=UTF8&sl=auto&tl=es&u