Con el ambiente mediático ya creado, con el funambulismo procesal que disfrutamos, y con una mayoría social empeñada en vengar los delitos de terrorismo y violencia de género, es evidente que el Gobierno puede repetir la proeza de regresar a De Juana a la cárcel. Y por eso no es importante preguntarse qué se puede hacer en pro de la pena infinita, sino reflexionar sobre si tiene sentido seguir retorciendo el Código Penal a la medida de este asesino convicto y confeso, condenado, cumplido, recondenado, recumplido y liberado. [Vía Chuza!]
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