Científicos de Harvard descubren lo secretos moleculares de un un arbusto utilizado desde hace 2.000 años en China para combatir la malaria. Desde hace 2.000 años, los curanderos chinos han utilizado un extracto de la raíz de una planta conocida como Chang Shan, un tipo de hortensia que crece en Tíbet y Nepal, para curar la malaria. Ahora, un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard asegura que ese remedio es tan eficaz que puede ser utilizado para tratar muchos trastornos autoinmunes e incluso para luchar contra el envejecimiento.
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