Tras derramarse el café, lo primero que se escucha es: “no se preocupen, es un pequeño derrame en una mesa muy grande”, algo calcado a las declaraciones del Presidente de BP diciendo que el vertido era “relativamente pequeño”. También aparecen los de Halliburton y los de Transocean acusándose unos a otros, la peregrina idea de taponar la fuga con cabello humano o pelotas de golf. Todo esto, y muchas tonterías más cuyo parecido con la realidad es desgraciadamente total. En inglés, pero aún sin sonido, se entendería.
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