Para este espectáculo hubo entradas e invitaciones, a él acudieron señoritos de Andalucía y de Extremadura, terratenientes sedientos de venganza y falangistas de reciente camisa; también acudieron mujeres. Allí fueron sacrificados milicianos, soldados, hombres de izquierda, campesinos sin partido, jornaleros, pastores y sospechosos.
No hay cifras oficiales pero se calcula que asesinaron a unas 3.000 personas.Seguir leyendo
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