Ahora que la marca de ropa interior femenina ha cancelado su famoso espectáculo de pasarela, queda claro que las mujeres están abandonando su pornoficada estética. El propósito entero del show - modelos casi desnudas, cada una perfectamente delgada y curvilínea, con alas de ángel y siendo devoradas por los ojos masculinos - parece anticuado tras el
#MeToo.