El único acceso al remoto laboratorio era por una ruta altamente custodiada y el acceso era restringido. En la entrada principal vehículos y personas eran cuidadosamente registrados. Muchos civiles fueron reclutados para trabajar. El sueldo era bueno pero no se podía preguntar qué se hacía ni por qué. El lema era: "Lo que veas acá, lo hagas acá, lo que escuches acá, cuando te vayas de acá que quede acá". Era la ciudad atómica. Los militares lo llamaban Sitio Y. Los Álamos. El lugar donde se construyeron las primeras bombas atómicas.
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