Lo que Dierssen y su equipo intentan entender es cómo ese exceso de copias de genes del crosoma 21 conlleva alteraciones de la memoria del aprendizaje, cuáles son los genes que podrían ser mejores candidatos para explicar esas alteraciones y qué hacer para normalizarlo. Durante mucho tiempo estuvieron intentando encontrar cual de todos los que forman el cromosoma 21 podía estar más relacionado con los procesos de memoria y aprendizaje hasta que encontraron su diana: la enzima equinasa dirc 1, una especie de interruptor molecular.
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