La investigación judicial sobre el matrimonio detenido en el municipio madrileño de Colmenar Viejo por el maltrato de sus ocho hijos continúa y prosigue la toma de declaraciones de testigos y víctimas. Las pesquisas dibujan cómo los menores vivían en un mundo de “ver, oír y callar” en el que había que “aguantar”, como manifiesta uno de los testigos a los que se ha tomado declaración. El progenitor continúa con su trabajo en el hospital Gregorio Marañón mientras espera a que el juez decida sobre la petición de retirada de la orden de alejamiento
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