Así trató ayer de justificar su crimen Rubén M. S., el joven que se enfrenta a una petición de prisión permanente revisable acusado de violar y asesinar a Vanessa Ferrer, una menor de solo quince años, en Chella en octubre de 2016. Su argumentación peregrina sobre el motivo del enfado de la chica, que todos los testigos desmontaron poco después al asegurar que era él quien se le insinuaba a la adolescente de forma «insistente», se suma a ese pequeño matiz que deslizó en su particular confesión de lo ocurrido: «Quizás me excedí».
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