El fútbol es la pasión de Valeriano Gómez (1957), pero también la política. Y en esas estaba el pasado martes por la noche cuando alguien le preguntó en el estadio Santiago Bernabéu si iba a ser ministro de Trabajo. Como no podía ser de otra manera, Valeriano, como le llama todo el mundo, puso cara de póker y miró hacia otro lado. Esa noche se llevó dos alegrías: ganó el Madrid
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