En los años 30, socavadas por el surco de la Gran Depresión norteamericana, miles de familias perdieron sus granjas. Una sequía bíblica, las deudas contraídas con unos bancos que imponían condiciones draconianas para conceder sus créditos, el hambre y los desahucios inmisericordes obligaron a unos trescientos mil granjeros a emigrar. Steinbeck no hablaba desde la barrera, se manchó las manos antes de escribir. Descubrió que el sueño americano lo es para unos pocos, a costa de otros muchos.
|
etiquetas: steinbeck , las uvas de la ira , desigualdad , origen