Shawn Carpenter fue despedido como analista de seguridad en Sandia Labs por descubrir, sin consentimiento de la empresa, una brecha de seguridad en la red de la empresa. En su investigación descubrió que el tracer del ataque venía de un grupo de ciberespionaje chino, responsable de ataques contra redes del gobierno estadounidense. Compartió sus descubrimientos con el FBI y La Contrainteligencia militar(...) Al final, el juez declaró improcedente el despido porque fue "por interés nacional" (...) condenando a la empresa a pagarle 4.3 m$
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