La actitud de Iñaki Urdangarín no fue del agrado del embajador español en Estados Unidos, Jorge Dezcallar. El diplomático español trasladó varios requerimientos al Gobierno en los años 2009 y 2010 para que se diese un toque de atención al yerno del Rey. La respuesta fue el silencio. Pese a las exigencias de Jorge Dezcallar, el Ejecutivo presidido por José Luis Rodríguez Zapatero optó por nos responder a las reclamaciones consulares
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