«Me clavaron unos tornillos en un brazo, me quemaron con cigarrillos y me dieron una paliza» , relató mientras mostraba las huellas de la brutalidad. El indigente quedó inconsciente y unas doce horas después fue auxiliado por unos vecinos, que se extrañaron de que permaneciera tan quieto. Una ambulancia lo trasladó al Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, donde «llegué con los tornillos clavados» .
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