El Museo del Prado tiene un problema con el Jardín de las delicias de El Bosco. Esta obra está llena de pequeños detalles, lo que hace que su sala esté siempre llena de gente, que se arremolina para observar cada pequeña figura pintada en por el artista flamenco. Así que a la pinacoteca madrileña le interesa que haya más circulación de visitantes. Para ello, ha pensado en colocar unas pantallas, puede que en la sala contigua, en las que el público pueda apreciar los detalles a gran escala.
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