El pasado miércoles, observadores norteamericanos presenciaron un extraño evento. El Discovery surcaba el cielo nocturno, y la nave fue dejando tras de sí una larga cola, como si de un cometa se tratara. ¿Qué podría ser esta estela? Nada más y nada menos que orina y otros detritos. Tal como podemos ver en el plan de vuelo (PDF), el tanque que contiene estos desperdicios se mantuvo abierto durante unos 40 minutos para liberar sobre unos 68 kg de carga y poder preparar así el aterrizaje el día siguiente.
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