El tribunal de la Audiencia Nacional acabó absolviendo a Madani y al resto de los procesados al anular las grabaciones telefónicas que constituían la principal prueba de cargo. Los magistrados determinaron que Garzón ordenó los pinchazos sin que hubiera motivación suficiente, basándose «en meras conjeturas policiales». Después de tres años encarcelado, Khaled Madani fue liberado y regresó a Argelia, donde supuestamente sigue residiendo.
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