Uber despidió a 3.500 empleados por medio de una videollamada que duró unos 3 minutos. La compañía de viajes invitó a ese grupo de empleados a videollamadas privadas y no se les dijo qué temas se iban a tratar. Los trabajadores quedaron estupefactos cuando Ruffin Chaveleau, directora de una importante sede de la empresa en Pheonix, Arizona, les dijo que ese era su último día de trabajo, un balde de agua fría que cayó sin previo aviso.
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