Los gatos no saben cómo conectar el refuerzo negativo con su comportamiento. Esto se debe a que los gatos evolucionaron como cazadores solitarios, con poca necesidad de leer las señales sociales, en especial las de modificación de la conducta. Si, por ejemplo, a un gato se le dice que deje de arañar un sillón, al carecer de la capacidad cognitiva para conectar nuestras respuestas con sus actos ven nuestro comportamiento como algo caótico, por lo que para él eres un primate loco que lo está atacando sin razón.
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