Sunny Jacobs, fue condenada a muerte por un asesinato que no había cometido en Florida. Tiene 64 años y ha pasado 17 en la cárcel. Su marido, Peter Pringle, que pasó 15 años en el corredor de la muerte, 74. Abogados que saben de la injusticia y creen en la justicia consiguieron demostrar su inocencia altruistamente. Viven en una granja en Irlanda, rodeados de animales recogidos, lejos de la maldad del mundo. Allí Sunny escribió Tiempo robado. Oír la historia de sus vidas provoca rabia e indignación. Entrevista para La Vanguardia.
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