El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCL) ha dictado una sentencia (en PDF) en la que defiende que los crucifijos presentes en las aulas de los colegios públicos sólo han de ser retirados previa petición del padre de un alumno. En caso de que nadie lo demande, las cruces deben quedarse junto al encerado porque "no existe conflicto".
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