Si trabajas en algo relacionado con las industrias creativas, probablemente habrás vivido la siguiente situación más de una vez. Clientes que tienen una necesidad compulsiva de poner pegas a todo lo que entregas. No hablamos de planteamientos serios, meditados y razonables...Sea cierta o no la historia, un pequeño señuelo puede ser una manera efectiva de distraer a los clientes con afición a estropear los buenos trabajos. “Decirme que quitara el brazo le produjo satisfacción”, dijo Joe a su amigo. Gracias a eso, “no cambió nada importante”...
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