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El triste relato de un trabajador de Barajas para concienciar sobre los riesgos de llevar perros en bodega

Me declaro con orgullo amante de las mascotas, así que cuando veo que tengo que bajar un transportín, pongo especial atención y siempre tengo la mala costumbre de mirar como llegan. Digo mala costumbre porque no me agrada para nada ver a animales estresados, nerviosos, miedosos, sucios con sus propias heces, etc. Nunca es algo bueno. Muchas veces me he jugado mi puesto de trabajo dándoles de beber a animales que venían sedientos junto con todas las características que nombré antes.

| etiquetas: barajas , aeropuerto , mascotas , bodega

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