Me declaro con orgullo amante de las mascotas, así que cuando veo que tengo que bajar un transportín, pongo especial atención y siempre tengo la mala costumbre de mirar como llegan. Digo mala costumbre porque no me agrada para nada ver a animales estresados, nerviosos, miedosos, sucios con sus propias heces, etc. Nunca es algo bueno. Muchas veces me he jugado mi puesto de trabajo dándoles de beber a animales que venían sedientos junto con todas las características que nombré antes.
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