Edificado con una licencia declarada ilegal, el centro de terapia con agua marina invade el dominio público y vierte sus residuos libre y alegremente, como se han empeñado en reiterar informes de Costas y sentencias judiciales. La penúltima, dictado por un Juzgado de lo Contencioso-Administrativo el pasado diciembre, amenazaba al regidor con multas periódicas de 1.500 o más si seguía haciéndose el sueco.
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