Un tribunal japonés quitó la custodia legal a una pareja japonesa que se negaba a que su hijo recibiera una transfusión de sangre por motivos religiosos. La vida del niño corría serio peligro, y el tribunal tomó la decisión el mismo día que el hospital comunicó los hechos, apenas siete horas después. Gracias a la ràpida intervención de la justicia, se salvó la vida del niño. Pero hasta entonces, lo normal es que la retirada de la custodia tardara en llegar hasta una semana.
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