Un globo no se hincha solo, hace falta gente que insufle aire. Algunos lo harán por interés, otros por ayudar y porque les parece buena idea, muchos querrán sumarse a un caballo ganador, y algún despistado lo hará porque lo hacen sus amigos. De este modo, todo ese rollo de la revolución 2.0, de que las redes sociales son el único futuro, de que su utilidad es indiscutible y su alcance universal. En definitiva, todo ese montón de falacias que algunos han convertido en su bandera, tiene un origen y, sobre todo, un interés y unos responsables.
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