A pesar de los numerosos tratados internacionales que prohíben el tráfico de personas, este delito ofrece grandes ganancias con pocos riesgos, señalaron expertos y diplomáticos en el primer debate al respecto que se celebró en la Asamblea General de la ONU. "Son amenazadas con violencia y retenidas contra su voluntad. Las obligan a trabajar, son explotadas sexualmente e incluso asesinadas para vender sus órganos". Los ingresos de los traficantes de esclavos sólo son superados por el comercio ilegal de drogas y el de armas.
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