"A pesar de que es un mito muy difundido, tras un terremoto, una inundación o cualquier otro desaster, lo más peligroso para la salud humana no son precisamente los cadáveres sino los vivos, al menos si tenemos en cuenta lo cruento que puede llegar a ser una epidemia de cólera. Una persona puede adquirir cólera bebiendo líquido o comiendo alimentos contaminados con la bacteria del cólera. Durante una epidemia, la fuente de contaminación son generalmente las heces de una persona infectada".
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