Jazz, un pequeño Beagle se comió 11 agujas y alfileres que estaban ocultos en una morcilla. Cuando la veterinaria vio su radiografía no daba crédito. Jazz tuvo que someterse a una intervención de casi 3 horas. Ocurrió el lunes en una cala. Alguien colocó el cebo. Su objetivo: Matar a cualquiera de los muchos perros que pasean a diario. Hoy la protectora de animales ha colgado carteles para advertir del peligro. Y no es la primera vez que pasa algo así. La Policía Local y el Seprona investigan lo ocurrido y tratan de averiguar quién ha podido..
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