(...) Después de su cortísima fama, el gato de Schrödinger se enfrentó a tiempos difíciles. La tensión continuada de nunca saber si en cada momento iba a estar vivo o muerto pronto le pasaría factura. Una a una sus fuentes financieras se vinieron abajo. En poco tiempo dejó de ser invitado a dar seminarios y sus colegas científicos y estudiantes expresaron la incertidumbre de si iban o no a aparecer en sus conferencias. Algunas personas incluso discutían si realmente seguía vivo. Gradualmente el gato de Schrödinger comenzó a beber...
|
etiquetas: gato , schrödinger , humor , física cuántica