El nº de burros ha caído drásticamente en los países que los matan para exportar su piel a China, donde es usada con fines medicinales. Kenia ha sido el último en prohibir esta práctica. El comercio con pieles también conlleva habitualmente el maltrato del animal cuando aún está vivo. Son hacinados en camiones al transportarlos, a veces durante días, sin comida ni agua, por lo que varios llegan ya muertos al matadero, o con patas rotas, o con heridas infectadas. Luego pasarán días y días encerrados esperando el sacrificio en pésimas condicione
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