Las trabas burocráticas y la lentitud de los servicios de Inspección de la Consejeria de Sanidad mantienen bloqueados o con retrasos de hasta cuatro meses los permisos a los que tiene derecho el personal sanitario para cuidar a sus familiares enfermos o dependientes. La saturación ha llegado a provocar situaciones "dantescas" como es el caso de una empleada del Hospital de la Vila Joiosa que recibió la autorización para atender a su madre enferma un mes después de que ésta falleciera y más de tres meses después de pedir el permiso.
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