«El portero del Nápoles se había contagiado de sida en Buenos Aires, durante la boda de Maradona. Padeció la enfermedad durante al menos tres años con la misma circunspección con la que vivía. Tras su muerte, simplemente se olvidaron que había existido. Su mujer, Raffaela sabe que fue por una infidelidad en una fiesta a la que ella no acudió porque acababa de dar a luz a la hija de ambos. Sin embargo, denuncia el olvido al que se sometió al jugador, nadie tuvo jamás un recuerdo ni un pensamiento hacia él. Ni le contestaban las llamadas»
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