En la ciudad natal de Sadam, Tikrit, al norte de Bagdad, unos relojes con una imagen del ex líder iraquí en la esfera se venden como churros entre un público mayormente adulto. A la gente le encantan estos relojes de Sadam, pese a tener un precio base de 100 dólares. En ellos puede verse al ex líder iraquí sonriente en un atuendo árabe o militar. La nostalgia por el Gobierno de Sadam y el anhelo por un tiempo en el que muchos suníes disfrutaban con el trato preferencial han impulsado la venta de los relojes y demás recuerdos del líder.
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