Aquel truco tan habitual de rehacer el CV añadiendo titulación y experiencia para impresionar al contratante se ha tornado en su contrario, y ahora se eliminan todos aquellos datos que hagan pensar que se está ante alguien muy formado y, por tanto, potencialmente conflictivo. Porque esa es la idea que está en la mente de los empleadores. Es un tema de desconfianza, ya que piensan que con ellos no van a conseguir el nivel de disciplina que la empresa demanda. En resumen, son percibidos como personas que cuentan con demasiadas expectativas.
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