Nos ganaron: nos cambiaron la vida. El terrorismo es eso: instalar el terror, cambiar conductas. Cuando un grupo político o religioso o patriótico no tiene suficiente poder para enfrentarse a sus enemigos en una lucha abierta –o ni siquiera para causarle un daño material importante– trata de arruinar su día a día. Para eso alcanza con muy poco: unas cuantas personas decididas a tomar muchos riesgos, dispuestas a morirse. Y una idea básica: atacar al azar para que nadie pueda creerse exento, para convencer a millones de que sus vidas corren...
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