Ante tal panorama, lo lógico hubiera sido que nadie hubiera pisado la gasolinera, pero aún así hubo algún despistado que no se fijó en las advertencias ni en el precio del combustible, lo que dio lugar a situaciones muy embarazosas. Por ejemplo, un conductor de un BMW se quedó de piedra cuando se vio obligado a pagar 209,98 € por 21 litros de gasolina de 98 octanos. Esta persona incluso llamó a la policía, pero este cuerpo le aconsejó que pagara la factura.
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