Juan Carlos I llegó a pedir favores para librar a empresarios de la carcel a cambio de unas sustanciosas donaciones. Aprovechando amistades, su figura de jefe del Estado y tirando de todos los hilos posibles, libró de la cárcel a "Los Albertos", dos empresarios condenados en firme en el Supremo por estafa. Por arte de birlibirloque, el Constitucional, en un acto sin precedentes, los absolvió lo que presuntamente incrementó en 100 millones de euros las cuentas de Juan Carlos I.
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