Los investigadores del Centro de Ecología Funcional y Evolutiva de Montpellier tomaron huevos conservados de camarones de mar de varias generaciones, y luego los reanimaron con agua. Nicolas Rode y sus colegas aparearon parejas de camarón de mar reanimadas de huevos conservados desde 1985, 1996 y 2007, lo que representa unas 160 generaciones. Hallaron que las hembras que se aparearon con machos del pasado o del futuro morían antes que aquellos que se aparearon con los de su propia generación. A mayor diferencia generacional, antes morían.
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